Capítulo 3
La conmoción continuó después de nuestro largo abrazo. No lo podía creer aún, una de mis mejores amigas había vuelto... o tal vez, habría vuelto por un rato. Hablamos bastante, y me acordaba de cuando estabamos en Hogwarts, en nuestro banco, los recreos interminables, las noches en nuestra habitación dentro de las mazmorras de nuestra casa, recuerdos; en fin, una conversación que llego al punto de hablarme del Sr. Tenebroso, tema el cual hubiese preferido evitar; si bien Bella era una de su grupo, ella había sido mi amiga mucho tiempo, sabía como ella era.
- ¿Qué vas a hacer al respecto con el Señor? - me dijo amablemente y a la vez preocupada.
- Aún no lo se, sinceramente. Bella yo no se lo que es estar ahí, con esa gente, ¿por qué hacerle mal a los demas? ¿con qué necesidad? - contesté mirandola tratando de imaginar su respuesta.
- Con la necesidad de tomar venganza de como fueron los demás con vos, o como lo son ahora. - Se paró y se dió vuelta- ¿Te acordas que yo dejé Hogwarts en 6° año?, el Señor Tenebroso raptó a mi familia, lo cual significaba que yo también me tenía que ir, - se dió vuelta y me miró- ¿como te lo explicaba eso?, no tenía manera. Por...
- Sin embargo - la interrumpí- no le hiciste mal a nadie, habras ayudado a los mortífagos debido a que no tendrías otra elección... supongo. - terminé tratando de creer mis palabras y que mi amiga las afirmara.
Ella hizo una sonrisa irónica, se sentó en un sillón, y cubrió su rostro con sus delicadas manos.
- No es así, Al. Me vengé de muchas personas, hice mal, algunos hechizos imperdonables, y ... - miró al piso - algunos avada kedavra.
Sentí demasiado sus palabras, ¿cómo había podido?, ¿qué la había llevado a hacer semejantes cosas?. No tuve nada para decirle, sabía que estaba esperando una palabra mia hacia ella, pero no. Estuve pensativa por algunos minutos, con un silencion de por medio aterrador.
- ¿Cómo pudiste? - le pregunté sintiendo como mis pulsaciones aumentaban.
- Al, no puedo pedirte que me entiendas, pero fueron ocasiones en las que no tenía otra opción, defenderme a mi misma, llevar a cabo tareas... y arreglar cosas de antes. No pretendo contarte esas cosas, porque te horrorizarias enserio, pero había gente que siempre tenía algo en contra de mí, gente que me hizo pasar muy malos momentos, entre otras cosas, y ...
- ¡¿Porque te molestaban o te hicieron algo hace años los mataste?! ... ¿tanto rencor?. Bella, no eras así - me pregunté a mi misma si la mujer a la que tenía enfrente mio era mi amiga de toda la vida.
- ¿Recordas a Christian McLuggian?, compañero nuestro, un sangresucia de Gryffindor... el que me hacía quedar mal en cualquier lado, el que hacía hechizos para que los demas se rieran de mí? - hice memoria, hasta que me acordé de un chico bastante popular de esa casa, que por cierto, siempre había tenido la preferencia de hacerle mal a Bellatrix - ése... hace al rededor de dos años, lo encontré en el Callejon Diagon, se acercó a donde yo estaba y me provocó muchísimo, y por fin le hice entender lo pésimo que había estado conmigo en todos, absolutamente todos, los años en Hogwarts, con un cruciatus aprendió, te lo aseguro.
- Bella, por favor, ¡escuchate a vos misma!, ¡mirá como lo estas contando!.-dije a punto de pasar al grito.
- ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿dejar que me torture él a mí? ¿acaso una humillación más? No.
- No se trata de eso...
- Alison, únete a nosotros, estar con el Señor no significa convertirte en alguien malo.
- No quiero, pero dudo tener otra opción.
- De hecho... no creo que la tengas.- dijo abrazandome.
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