Tenía que aceptar la realidad, él no estaba. Lo mas probable, sería que cuando el Señor convocó a todos los mortífagos para mi llegada, a él le hubiese dado lo mismo asistir o no, o probablemente, cuando escuchó mi nombre, ni siquiera se acordaría de mí.
Bella me contó cada detalle acerca de lo que había pasado, la importancia de que Él me haya elegido, hecho la marca tenebrosa y otras cosas mas, hasta que la conversación fué finalizada por la llegada de Lucius a nuestro lado.
- Alison, felicitaciones nuevamente. - sonrió y miró directamente a los ojos de Bella - Bella, ¿me harías el favor de dejarnos a solas?
Bella asintió y se alejó de nosotros.
- Hace un rato me enteré de tus habilidades, por un lado la oclumancia y la legeremancia, nunca me lo hubiese imaginado ... falta que me digas que también sos buena con las pociones y serías la perfecta competencia para Severus.
Conociendo que Lucius y él eran amigos, aproveché la oportunidad para averiguar el porque de su ausencia.
- Competencia para Severus, no lo creería. Me imagino que el Señor lo debe de tener muy atareado por sus habilidades.
- Como te dije hace unos días, ojalá el Señor me tuviese así a mí; le tiene una gran confianza y respeto a él. Una envidia para la gran mayoría, como también lo serás vos con el paso del tiempo. De hecho, ahora mismo se encuentra en Hogwarts, haciéndose el amigo de Dumbledore.
- No creo que yo lo sea, mas que ...
- Estoy hablando enserio, Alison. Te puedo asegurar que el Señor explotará al máximo todo lo que sepas y le sea útil para él. Solías ser tan callada y reservada esos años de estudio.
- Solía ser bastante tímida, hablaba con gente, pero mi amiga de toda la vida siempre fue Bella...
- Severus en persona, si, definitivamente. Son tan parecidos en tantos aspectos, lastima que él fué un tonto enamorado de una sangresucia.
Me llevo unos minutos razonar eso, en eso también coincidíamos, yo era una tonta enamorada, y hasta podría decir que lo seguía siendo, pero en menor medida.
- De todas formas, Lucius, me llama la atención que te acerques a mí. Cuando eramos mas chicos nunca tuviste simpatía por mí.
- Era otra persona. Me divertía con defensa de las artes oscuras, con el quidditch, presumía todo el tiempo, pero no era que no me agradabas. Como te dije, me parecías una persona cerrada. - suspiró y miró al vaso que sostenía con su mano derecha - Estoy tratando de entablar una buena relación, te ofrezco mi apoyo en caso de que lo necesites.
- En fin - y me quedé pensando - te lo agradezco.
Miré hacia el lado donde el Señor estaba sentado y pensé acerca de todo lo que sucedía. Yo era una mas del grupo, Bella me apoyaba, Lucius extrañamente venía a hablar conmigo o yo tenía otra impresión de él y Severus no estaba.
Con el paso de los días, noté que tenía que cambiar algunas cosas, y la primera era dejar de ilusionarme con Severus, y otra, que necesitaba compañía. Con mucha facilidad, logré que Bella se mudara a vivir conmigo; con ella las cosas cambiaron, esta vez para bien y sentíamos como si hubiésemos vuelto a ser adolescentes.
La competencia tomó lugar un día en que el Señor nos había mandado a nosotras dos y dos mortífagos mas a Borgin y Burkes para la confección de cinco anillos especiales.