23.12.09

Capítulo 7: La competencia

Capítulo 7

Tenía que aceptar la realidad, él no estaba. Lo mas probable, sería que cuando el Señor convocó a todos los mortífagos para mi llegada, a él le hubiese dado lo mismo asistir o no, o probablemente, cuando escuchó mi nombre, ni siquiera se acordaría de mí.
Bella me contó cada detalle acerca de lo que había pasado, la importancia de que Él me haya elegido, hecho la marca tenebrosa y otras cosas mas, hasta que la conversación fué finalizada por la llegada de Lucius a nuestro lado.
- Alison, felicitaciones nuevamente. - sonrió y miró directamente a los ojos de Bella - Bella, ¿me harías el favor de dejarnos a solas?
Bella asintió y se alejó de nosotros.
- Hace un rato me enteré de tus habilidades, por un lado la oclumancia y la legeremancia, nunca me lo hubiese imaginado ... falta que me digas que también sos buena con las pociones y serías la perfecta competencia para Severus.
Conociendo que Lucius y él eran amigos, aproveché la oportunidad para averiguar el porque de su ausencia.
- Competencia para Severus, no lo creería. Me imagino que el Señor lo debe de tener muy atareado por sus habilidades.
- Como te dije hace unos días, ojalá el Señor me tuviese así a mí; le tiene una gran confianza y respeto a él. Una envidia para la gran mayoría, como también lo serás vos con el paso del tiempo. De hecho, ahora mismo se encuentra en Hogwarts, haciéndose el amigo de Dumbledore.
- No creo que yo lo sea, mas que ...
- Estoy hablando enserio, Alison. Te puedo asegurar que el Señor explotará al máximo todo lo que sepas y le sea útil para él. Solías ser tan callada y reservada esos años de estudio.
- Solía ser bastante tímida, hablaba con gente, pero mi amiga de toda la vida siempre fue Bella...
- Severus en persona, si, definitivamente. Son tan parecidos en tantos aspectos, lastima que él fué un tonto enamorado de una sangresucia.
Me llevo unos minutos razonar eso, en eso también coincidíamos, yo era una tonta enamorada, y hasta podría decir que lo seguía siendo, pero en menor medida.
- De todas formas, Lucius, me llama la atención que te acerques a mí. Cuando eramos mas chicos nunca tuviste simpatía por mí.
- Era otra persona. Me divertía con defensa de las artes oscuras, con el quidditch, presumía todo el tiempo, pero no era que no me agradabas. Como te dije, me parecías una persona cerrada. - suspiró y miró al vaso que sostenía con su mano derecha - Estoy tratando de entablar una buena relación, te ofrezco mi apoyo en caso de que lo necesites.
- En fin - y me quedé pensando - te lo agradezco.
Miré hacia el lado donde el Señor estaba sentado y pensé acerca de todo lo que sucedía. Yo era una mas del grupo, Bella me apoyaba, Lucius extrañamente venía a hablar conmigo o yo tenía otra impresión de él y Severus no estaba.
Con el paso de los días, noté que tenía que cambiar algunas cosas, y la primera era dejar de ilusionarme con Severus, y otra, que necesitaba compañía. Con mucha facilidad, logré que Bella se mudara a vivir conmigo; con ella las cosas cambiaron, esta vez para bien y sentíamos como si hubiésemos vuelto a ser adolescentes.
La competencia tomó lugar un día en que el Señor nos había mandado a nosotras dos y dos mortífagos mas a Borgin y Burkes para la confección de cinco anillos especiales.

10.12.09

Capítulo 6: La confesión y el honor

Capítulo 6

-Bienvenida - dijo suavemente - Acércate.
Caminé hacia él; quise mirar a mi alrededor, pero me sentía nerviosa y no podía cometer ningun error, ya sea por negligencia o no, pero no podía.
Llegué cerca de él, y lo miré directamente y lo luego al resto.
- Buenas noches- dije.
-¡Alison!, ya te extrañaba, no sabes cuanto deseaba tenerte acá. Me imagino que ya sabes que anda pasando para que yo te necesite junto a mi, los recortes del profeta lo dicen claramente, y ademas, mi querida Bellatrix fué a visitarte.
- Así es, Señor- dijo la melodiosa voz de mi amiga.
- Emm... Señor, le recuerdo que ... - en ese momento, apareció Lucius haciendo que sus palabras sonaran mas fuertes.
- Lo recuerdo, Lucius, yo te habia enviado en lugar de Severus- contestó.
En ese mismo instante, quise buscar entre todos a Severus, pero sin embargo, no lo lograba encontrar.
- Alison, conozco tus gran habilidades, y me encantaría que me ayudes - a continuación, se paró y se me acerco - podrías descubrir muchísimas cosas nuevas, aprender muchísimo. Debo admitir, que recibí un consejo bastante interesante, me enteré que sos una persona de sentimientos puros - ¿acaso Bella había hablado con él? eso me había inquietado, porque no sabia como él podría reaccionar - ... No pretendo cambiar a grandes rasgos tu personalidad, pero tus conocimientos me servirían muchísimo; es mas, me animo a decir, que vos sola la vas a cambiar. De todas formas, seamos directos, ¿no? - hizo esa pregunta retorica y fijó su mirada en la mia. - Alison, ¿me harás el honor de unirte a mi?.
Finalmente, lo que mas temía había llegado, ese momento en el que nunca me había imaginado y en el que tampoco me hubiese animado a contestar un simple no.
- Si, me uno - dije con voz firme y clara, tratando de ahogar mis miedos.
- ¡¡Simplemente maravilloso!! - gritó y los demás aplaudieron; y le vi la alegría reflejada en su rostro a Bella - no sabes que contento que me dejas al escuchar semejante noticia. Y ahora, lo que si puede dolerte un poco, ¿me permitis tu brazo izquierdo?.
Ya me lo imaginaba, le faltaba hacerme la marca tenebrosa. Me remangué la camisa que llevaba puesta y le extendí mi brazo; conociendo los simple hechizos sobre la piel, sabia que no dolían, pero por ahí, este traería algún dolor.
Pronunció un conjuro presionando su varita sobre mi muñeca, sentí un dolor como si a partir de mi muñeca hasta parte del codo se estuviese helando, pero no podía expresarlo, debía mostrar que yo no era débil, que era lo suficientemente fuerte y buena como para estar ahí.
A penas sacó su varita de mi brazo, lo volví a sentir a una temperatura normal. La marca ya estaba grabada sobre mi brazo, pero afortunadamente, no habia llevado mucho tiempo de dolor.
Todos aplaudieron, y la primera que vino a saludarme, fue Bella con un gran abrazo; ella parecia estar feliz. Lucius me saludo tambien como los demas, siendo gentiles conmigo y ofreciendome su ayuda en caso de que la necesitara.
Cuando terminé con todos, me di cuenta que, lamentablemente, el no estaba.

6.12.09

Capítulo 5: El diario.

Capítulo 5

Al dia siguiente, Bella ya se había ido y yo quedado sola.
Pensándolo bien, por ahi lograba llegar a un acuerdo con el Señor, mis habilidades seguro le ayudarían bastante a él y al grupo, y despues de todo, no significaria que yo me convirtiese en una mala persona ni nada por el estilo.
Y pensar que Severus hacia lo mismo que yo, o por lo menos, teniamos habilidades en común, ¡que ilusion me habia creado Bella!, si él nunca se habia fijado en mi durante nuestros años de estudios, menos ahora, años sin saber de mi, y seguramente, ya habria olvidado mi nombre.
El dia había sido bastante bueno y tranquilo, Bella se había ido temprano, yo estuve todo el dia pensando en Severus como si fuese una adolescente, y la noche fue el cambio.
Estaba por el Callejon Diagon comprando elementos para mis experimentos, y de repente, el cielo se nubló completamente, como si no hubiese quedado nada de la tranquilidad que reinaba hasta ese momento. Aun menos hubo cuando se divisaron lineas negras sobre el firmamento, cada una moviendose a gran velocidad, llegando hasta el suelo y transformándose en mortifagos.
En ese mismo momento, no pense en mi, sino en el miedo que causaria una vez que me uniera; ver los rostros de las personas aterrorizadas, los de los chicos que estaban mas asustados que los grandes, me hizo sentir mal porque ya me imaginaba causando ese miedo a los demas.
Algunos vidrios terminaron rotos debido a los desastres que causaron los mortifagos, locales que quedaron sin luz y gritos de muchas personas.
Saque mi varita por defensa propia y en el momento en el que menos pensé, sombras negras vinieron alrededor mio y el Callejon Diagon desapareció entre nosotros.
A continuacion, apareci en una habitacion no muy iluminada, paredes altas, de una estructura bastante antigua y a unos pocos metros, dos puertas.
Cerca de ellas, habia unos papales tirados en el piso. Me acerqué y los levanté. Eran unos recortes del Profeta, todos anunciaban el posible regreso del Señor Tenebroso al poder, comentarios de varios criticos junto con los del poderoso Dumbledore.
Terminé de hojear los recortes del diario, y las dos gran puertas se abrieron a la par.
- Pasa, Alison, te estamos esperando. - dijo suavemente una penetrante voz.
Era su voz, claramente, debía hacer caso, respetarlo y obedecer por sobre todo.
Entré como él indicó. en la sala, estaba él sentado en un sillón, y al rededor de él, un gran numero de mortifagos, algunos mirando fijamente, y otros mirando hacia la misma nada.