-Bienvenida - dijo suavemente - Acércate.
Caminé hacia él; quise mirar a mi alrededor, pero me sentía nerviosa y no podía cometer ningun error, ya sea por negligencia o no, pero no podía.
Llegué cerca de él, y lo miré directamente y lo luego al resto.
- Buenas noches- dije.
-¡Alison!, ya te extrañaba, no sabes cuanto deseaba tenerte acá. Me imagino que ya sabes que anda pasando para que yo te necesite junto a mi, los recortes del profeta lo dicen claramente, y ademas, mi querida Bellatrix fué a visitarte.
- Así es, Señor- dijo la melodiosa voz de mi amiga.
- Emm... Señor, le recuerdo que ... - en ese momento, apareció Lucius haciendo que sus palabras sonaran mas fuertes.
- Lo recuerdo, Lucius, yo te habia enviado en lugar de Severus- contestó.
En ese mismo instante, quise buscar entre todos a Severus, pero sin embargo, no lo lograba encontrar.
- Alison, conozco tus gran habilidades, y me encantaría que me ayudes - a continuación, se paró y se me acerco - podrías descubrir muchísimas cosas nuevas, aprender muchísimo. Debo admitir, que recibí un consejo bastante interesante, me enteré que sos una persona de sentimientos puros - ¿acaso Bella había hablado con él? eso me había inquietado, porque no sabia como él podría reaccionar - ... No pretendo cambiar a grandes rasgos tu personalidad, pero tus conocimientos me servirían muchísimo; es mas, me animo a decir, que vos sola la vas a cambiar. De todas formas, seamos directos, ¿no? - hizo esa pregunta retorica y fijó su mirada en la mia. - Alison, ¿me harás el honor de unirte a mi?.
Finalmente, lo que mas temía había llegado, ese momento en el que nunca me había imaginado y en el que tampoco me hubiese animado a contestar un simple no.
- Si, me uno - dije con voz firme y clara, tratando de ahogar mis miedos.
- ¡¡Simplemente maravilloso!! - gritó y los demás aplaudieron; y le vi la alegría reflejada en su rostro a Bella - no sabes que contento que me dejas al escuchar semejante noticia. Y ahora, lo que si puede dolerte un poco, ¿me permitis tu brazo izquierdo?.
Ya me lo imaginaba, le faltaba hacerme la marca tenebrosa. Me remangué la camisa que llevaba puesta y le extendí mi brazo; conociendo los simple hechizos sobre la piel, sabia que no dolían, pero por ahí, este traería algún dolor.
Pronunció un conjuro presionando su varita sobre mi muñeca, sentí un dolor como si a partir de mi muñeca hasta parte del codo se estuviese helando, pero no podía expresarlo, debía mostrar que yo no era débil, que era lo suficientemente fuerte y buena como para estar ahí.
A penas sacó su varita de mi brazo, lo volví a sentir a una temperatura normal. La marca ya estaba grabada sobre mi brazo, pero afortunadamente, no habia llevado mucho tiempo de dolor.
Todos aplaudieron, y la primera que vino a saludarme, fue Bella con un gran abrazo; ella parecia estar feliz. Lucius me saludo tambien como los demas, siendo gentiles conmigo y ofreciendome su ayuda en caso de que la necesitara.
Cuando terminé con todos, me di cuenta que, lamentablemente, el no estaba.
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