6.12.09

Capítulo 5: El diario.

Capítulo 5

Al dia siguiente, Bella ya se había ido y yo quedado sola.
Pensándolo bien, por ahi lograba llegar a un acuerdo con el Señor, mis habilidades seguro le ayudarían bastante a él y al grupo, y despues de todo, no significaria que yo me convirtiese en una mala persona ni nada por el estilo.
Y pensar que Severus hacia lo mismo que yo, o por lo menos, teniamos habilidades en común, ¡que ilusion me habia creado Bella!, si él nunca se habia fijado en mi durante nuestros años de estudios, menos ahora, años sin saber de mi, y seguramente, ya habria olvidado mi nombre.
El dia había sido bastante bueno y tranquilo, Bella se había ido temprano, yo estuve todo el dia pensando en Severus como si fuese una adolescente, y la noche fue el cambio.
Estaba por el Callejon Diagon comprando elementos para mis experimentos, y de repente, el cielo se nubló completamente, como si no hubiese quedado nada de la tranquilidad que reinaba hasta ese momento. Aun menos hubo cuando se divisaron lineas negras sobre el firmamento, cada una moviendose a gran velocidad, llegando hasta el suelo y transformándose en mortifagos.
En ese mismo momento, no pense en mi, sino en el miedo que causaria una vez que me uniera; ver los rostros de las personas aterrorizadas, los de los chicos que estaban mas asustados que los grandes, me hizo sentir mal porque ya me imaginaba causando ese miedo a los demas.
Algunos vidrios terminaron rotos debido a los desastres que causaron los mortifagos, locales que quedaron sin luz y gritos de muchas personas.
Saque mi varita por defensa propia y en el momento en el que menos pensé, sombras negras vinieron alrededor mio y el Callejon Diagon desapareció entre nosotros.
A continuacion, apareci en una habitacion no muy iluminada, paredes altas, de una estructura bastante antigua y a unos pocos metros, dos puertas.
Cerca de ellas, habia unos papales tirados en el piso. Me acerqué y los levanté. Eran unos recortes del Profeta, todos anunciaban el posible regreso del Señor Tenebroso al poder, comentarios de varios criticos junto con los del poderoso Dumbledore.
Terminé de hojear los recortes del diario, y las dos gran puertas se abrieron a la par.
- Pasa, Alison, te estamos esperando. - dijo suavemente una penetrante voz.
Era su voz, claramente, debía hacer caso, respetarlo y obedecer por sobre todo.
Entré como él indicó. en la sala, estaba él sentado en un sillón, y al rededor de él, un gran numero de mortifagos, algunos mirando fijamente, y otros mirando hacia la misma nada.


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